Descubre cuál es tu tipo de apego y cómo se ve reflejado con las personas que te rodean, comprenderlo puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones y a nosotros mismos.
Descubre cuál es tu tipo de apego y cómo se ve reflejado con las personas que te rodean, comprenderlo puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones y a nosotros mismos.
Sandra Lozano
septiembre 3, 2025
¿Te has preguntado por qué te relacionas de cierta manera en tus vínculos más cercanos? La forma en que te conectas con los demás, buscas intimidad o manejas el conflicto no es casualidad. De hecho, está influenciada por una especie de "plantilla" emocional que se forma en tu infancia: el apego.
El apego es el vínculo emocional que se crea entre un bebé y su cuidador principal, y sirve como un manual para las relaciones que tendremos a lo largo de nuestra vida. Conocer tu tipo de apego es una de las herramientas más poderosas para entender tus patrones, sanar viejas heridas y construir relaciones más sanas y plenas.
Conocer tu tipo de apego es el primer paso para comprender cómo vives, las relaciones y qué patrones se repiten en tu vida. El apego no es un destino fijo: con autoconocimiento, terapia y experiencias de relaciones sanas, se puede evolucionar hacia un apego más seguro.

Características: confianza, comunicación abierta, manejo saludable de las emociones.
Cómo se refleja: la persona se siente cómoda dando y recibiendo afecto, confía en los demás y sabe estar sola sin sentir ansiedad.
Origen: se desarrolla cuando en la infancia hubo cuidadores disponibles, atentos y consistentes.
Características: inseguridad, miedo al abandono, necesidad de aprobación constante.
Cómo se refleja: suelen preocuparse demasiado por la relación, tener celos o sentir que "no son suficientes".
Origen: cuidadores a veces disponibles y a veces ausentes, lo que genera incertidumbre.
Características: independencia extrema, dificultad para mostrar vulnerabilidad, tendencia a alejarse emocionalmente.
Cómo se refleja: suelen evitar compromisos, guardar distancia o minimizar la importancia de la relación.
Origen: cuidadores fríos, distantes o poco accesibles emocionalmente.

Características: patrones ansioso y evitativo, con altos niveles de miedo y confusión en las relaciones.
Cómo se refleja: buscan cercanía, pero al mismo tiempo la rechazan; pueden sentirse atrapados entre el deseo de amar y el miedo a ser dañados.
Origen: experiencias infantiles marcadas por traumas, violencia.
Sí, se puede. El apego no es fijo, es un mapa emocional que aprendimos en la infancia, pero que podemos resignificar en la adultez. A través de la reflexión, el trabajo personal y las experiencias con personas seguras y confiables, podemos movernos hacia un apego más seguro.
Reconocer cómo amamos, cómo nos vinculamos y qué heridas cargamos, es el primer paso para vivir con mayor plenitud.
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